Tratando de conocernos a una misma...

A veces, no tienes por qué llevar lo más llamativo, lo más grande, lo más pomposo, lo más de lo más... A veces, lo sencillo es lo acertado. Para dar con esto, creo que debemos conocernos bien a nosotras mismas. Conocer nuestro estiló, nuestras posibilidades, nuestros puntos fuertes y los débiles (que también los tenemos aunque menos, eh?).

Debemos querernos más y saber qué podemos ponernos y qué no. Hay un tiempo en la vida en el que somos jóvenes, guapas, maravillosas y podemos con todo, sí, claro que sí. Pero no debemos "poder con todo en todo", es decir, llevar los zapatos más llamativos, el vestido más recargado, el bolso joya más valioso, los pendientes más grandes, el collar más vistoso y el tocado más divertido al mismo tiempo. Tenemos que saber dar la importancia necesaria a los complementos. Si una lleva un vestido que ya es importante por sí solo, no lo menosprecies recargándolo en exceso.

Antes bien, haz como la modelo de la imagen de este post, María. Ella puede ponerse un loro si quiere en la cabeza, porque es preciosa, tiene alegría, juventud, frescura...pero no lo hace en este caso y no porque no se atreva o piense que no puede, si no porque no le hace falta más que esa peineta de plumas de faisán.

Así qué, no os equivoquéis, llevar un tocado puede hacerse de muchas maneras, pero no siempre tiene que ser una apuesta atrevida.

Mando un abrazo fuerte a las dos modelos de la fotografía, María y Pía, con todo mi cariño.

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